Leyendo libros: La leyenda de una casa solariega
La leyenda de una casa solariega
Selma Lagerlöf
Selma Lagerlöf
Edición: 2012. Funambulista
Páginas: 200
Novela, Drama
PVP: 21 € (Cartoné)
La vida de Selma Lagerlöf de por sí sola da para una novela, pero hoy quiero no centrarme tanto en su figura personal como en una de las muchas obras que nos dejó y que, personalmente, es una de mis favoritas: La leyenda de una casa solariega. En la edición de Funambulista que presento, por cierto, hay un prólogo muy interesante escrito por la traductora, Elda García-Posada (quien ha hecho una labor maravillosa con este libro) acerca de la vida de la autora.
Vaya por delante que yo misma no hubiera conocido a Selma Lagerlöf si no hubiese pasado una estancia en su país natal, Suecia, más concretamente Karlstad, donde hay pasión por su figura, hasta el punto de que Lagerlöf y sus obras ilustran los billetes de 20 coronas. Pero residiendo en Karlstad descubrir a Largerlöf era algo inevitable, ya que esta ciudad está a pocos kilómetros de Mårbacka, la que fuera residencia de la familia Lagerlöf durante generaciones y que marcó de forma notable la obra de Selma. A su muerte, y tal y como constaba en su testamento, Mårbacka se mantuvo intacta y se convirtió en un museo sobre su última residente. Precisamente, esta mansión, que tuvo que ser vendida durante la infancia de Selma y que ella misma volvió a comprar ya de adulta, tiene un impacto importante en La leyenda de una casa solariega.
Mårbacka en la actualidad |
El librito presenta a dos personajes cuyas vidas están unidas a pesar de no saberlo. Por una parte, tenemos a Gunnar Hede, quien atrapado por la música de su violín y ante la casi inminente pérdida de su mansión campestre en Dalecarlia (actualmente Dalarna), abandona sus estudios en Uppsala para hacer fortuna como vendedor ambulante. En su empeño, sufrirá ciertos acontecimientos que quiebran su alma sensible, pasando de joven refinado a un loco conocido como el Chivo. Por otro lado está Ingrid, una soñadora muchacha. Ingrid no ha olvidado al estudiante de Uppsala que, con su violín, la hizo sentirse feliz durante un momento. Rescatada, literalmente, de la tumba por el Chivo, Ingrid luchará por devolverle la cordura.
La leyenda de una casa solariega es una obra que rezuma inocencia y ternura. Con gran elegancia y belleza, la escritora crea una historia de amor desinteresado envuelta en un halo de fantasía. El marco campestre de la Suecia rural, con frondosos bosques de árboles y musgos en otoño, sus lagos helados en invierno, la mansión de Munkhyttan y el sonido del violín realzan su lado más onírico.
El juguete de Ingrid es un caballo de Dalarna |
Aunque se trate temas tan trágicos como la locura y la melancolía (terrible el pasaje de la Señora de la Pena), esta es una obra amable, de lectura sencilla y agradable. Aun desprovisto de cordura, Hede resulta encantador. El amor y el sacrificio de Ingrid son conmovedores: igual que en La bella y la bestia, no cejará hasta que el príncipe quede libre de su maleficio. Podríamos enmarcarla incluso en el recién nombrado género hopepunk: sus personajes se encuentran enmarcados en un paisaje desesperanzador (en este caso, la pobreza y los trastornos mentales), pero no se permiten subyugar por la desesperación y, con cariño, comprensión y esfuerzo, plantarán cara a la adversidad.
Una novela breve y reconfortante para leer tranquilamente, disfrutando de cada párrafo y dejando que nos reconforte el alma con una promesa de primavera.
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