Leyendo libros: Tiempo de espera
Tiempo de espera. Crónicas de los Cazalet (Parte 2)
Elizabeth Jane Howard
Traducción: Celia Montolío
Edición: 2018. Siruela, Nuevos Tiempos 396
Páginas: 468
Novela, Costumbrismo, Drama
PVP: 24,95 (rústica), 11,99 (eBook)
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Podría haber hecho una reseña mucho más concreta, pero no sabría hacerlo de modo que refleje la huella que me deja esta novela. Esperaré un poco antes de coger el siguiente libro, Confusión, ya que auguro que habrá que seguir sufriendo y necesito algo más alegre. Pero estoy deseando reponerme para seguir husmeando en la vida de los Cazalet.
Los años ligeros terminó con el esperanzador anuncio en 1938 por parte del primer ministro Chamberlain de que la guerra con Alemania se había evitado. Tiempo de espera comienza justo en el momento en que los Cazalet escuchan por la radio, un año después, al mismo primer ministro dar una nueva noticia: la guerra es inminente.
Niños evacuados. |
Tiempo de espera, de la británica Elizabeth Jane Howard, es un libro mucho más deprimente que su predecesor. No tiene la ingenuidad ni la viveza de este, sino que nos muestra un mundo más crudo, un mundo de sueños rotos, familias separadas, de proyectos inconclusos y de esperanzas vanas, aunque en ocasiones lo único que queda es eso, la esperanza. Y, en un ambiente cargado por la incertidumbre y el miedo, los Cazalet esperan. Esperan que las noticias que llegan no sean ciertas. Esperan que la situación mejore. Esperan que ocurra algo en una guerra que, en la campiña de Sussex, parece lejana, hasta ajena, incluso cuando los bombarderos sobrevuelan el cielo inglés.
La vida fuera del campo de batalla continúa. Los negocios de la familia no pueden desatenderse. El hogar debe gobernarse de acuerdo con las leyes de racionamiento. Los niños crecen y van dejando atrás su inocencia inicial. Los jóvenes (las jóvenes, sobre todo) tienen que buscar su lugar en el mundo. Los soldados heridos regresan a, si es posible, recuperar. Y las enfermedades y desgracias no entienden de tiempos de paz y de guerra.
Barco de guerra de la Segunda Guerra Mundial |
Sigue siendo una novela coral, llena de personajes maravillosos, maravillosamente desarrollados y escritos. En esta ocasión nos centramos sobre todo en los puntos de vista de las tres primas: Louise (en una escuela de cocina y más tarde como actriz en Londres), Polly y Clary (quienes permanecen refugiadas en Home Place con la mayor parte de familia). Es una delicia leer sobre estas adolescentes, cómo van madurando y cargando con más responsabilidades, cómo van dejando atrás la inocencia y la ingenuidad que las caracterizaba en la novela anterior. Con ellas conocemos el desencanto, el terror, el dolor de la pérdida, la dulzura de un floreciente amor, la más inquebrantable de las esperanzas.
Y no solo con ellas. Las mujeres, todas, tienen un protagonismo especial en este libro. Cómo sacan fuerzas de flaqueza y son las que verdaderamente mantienen y cuidan de sus familias, ayudan entre todas en la crianza de los más pequeños, sacan a delante la casa haciendo verdaderos malabares y realizan también tareas de guerra. Incluso se preocupan de dejarlo todo bien atado para el día en que puedan ya no estar.
Retrato de la Elizabeth Jane Howard |
La prosa de Howard es conmovedora. Es puro sentimiento. Sientes cada uno de los personajes. Consigues hacerte uno con ellos cada vez que el punto de vista cambia. No quieres soltar al que estás leyendo, pero una vez pasas a otro necesitas que este te cuente todo lo que tiene dentro. Yo he sufrido muchísimo. Pero me he disfrutado también. Me he emocionado, incluso me he divertido.
Para escribir esto estoy rememorando un libro que me gustó muchísimo, pero que ahora me está gustando incluso más. No soy capaz de encontrarle defectos. Entiendo que haya quien piense que el ritmo es lento, que hay demasiado personales, que sea una novela demasiado femenina para su gusto. Y lo puedo entender. Pero eso es cuestión de eso mismo, de gustos, y no por ello va a dejar de tener menos calidad.
Battle, ciudad muy mencionada. |
Podría haber hecho una reseña mucho más concreta, pero no sabría hacerlo de modo que refleje la huella que me deja esta novela. Esperaré un poco antes de coger el siguiente libro, Confusión, ya que auguro que habrá que seguir sufriendo y necesito algo más alegre. Pero estoy deseando reponerme para seguir husmeando en la vida de los Cazalet.
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