Leyendo libros: Luz brillante
Luz brillante
Kaori Ekuni
Kaori Ekuni
Traducción: Juan Francisco González Sánchez
Edición: 2017. Funambulista
Páginas: 232
Novela, Drama
PVP: 17 € (Rústica con solapas)
"El clavo que sobresale recibirá el martillazo", así reza un proverbio nipón.
Japón es famoso por muchos motivos, algunos mejores que otros, y uno de ellos es la rigidez de su sociedad, donde cualquier rasgo anómalo que haga desatacar a un individuo debe reprimirse para que la sociedad pueda, en teoría, funcionar de forma armónica.
Los protagonistas de esta novela son, precisamente, clavos que sobresalen: Shoko se refugia en el alcohol para poder sobrellevar su depresión. Mutsuki es homosexual y mantiene una relación de muchos años con Kon. Conocedores de los "defectos" del otro e intentando representar el papel que deben representar en la sociedad, Shoko y Mutsuki se han casado, pero tras el matrimonio llegan nuevas exigencias y sentimientos de culpa.
Publicada por primera vez en 1991, hace ya casi 30 años, Luz brillante pone sobre la mesa temas que incluso a día de hoy causan rechazo o son directamente tabú, como la salud mental o el rol de la mujer en la sociedad. Desde que llegó a la edad adulta, a Shoko se le niega poder realizarse como persona, quedando relegada a un papel de esposa que se ve obligada a cumplir por presión familiar, social e incluso médica, puesto que achacan su carácter melancólico a este supuesto desorden. Sin embargo, tras el matrimonio se le sigue reprochando que no sea una esposa ideal ni esté cumpliendo con el papel de madre, cosas que a Mutsuki nadie le recrimina. Por supuesto, el tema del alcoholismo y la depresión deben guardarse en secreto, pues serían un escándalo.
Como escándalo sería también si se descubriese la homosexualidad de Mutsuki. Su familia se avergüenza de ello y lo empujan al matrimonio para mantener las apariencias y el estatus, si bien es posible que incluso su carrera podría verse perjudicada si su secreto saliese a la luz.
Sorprendentemente optimista y tierno, a pesar de que trate temas conflictivos de manera abierta y hasta descarnada, Kaori Ekuni denuncia la hipocresía de la sociedad dando voz a los que deben permanecer invisibles, a la vez que explora distintos tipos de amor y relaciones que no tienen que por qué limitarse a los de pareja. Shoko y Mutsuki no se desean, pero se quieren y procuran cuidarse, junto con Kon, de que no los aplaste el martillazo.
Por cierto, vender a Ekuni como "la Murakami femenina" me parece de un mal gusto terrible, más cuando se la ha dado a conocer en España con esta novela tan reivindicativa, e incluso más aún cuando la literatura de Murakami no es tan valiente.
Japón es famoso por muchos motivos, algunos mejores que otros, y uno de ellos es la rigidez de su sociedad, donde cualquier rasgo anómalo que haga desatacar a un individuo debe reprimirse para que la sociedad pueda, en teoría, funcionar de forma armónica.
Los protagonistas de esta novela son, precisamente, clavos que sobresalen: Shoko se refugia en el alcohol para poder sobrellevar su depresión. Mutsuki es homosexual y mantiene una relación de muchos años con Kon. Conocedores de los "defectos" del otro e intentando representar el papel que deben representar en la sociedad, Shoko y Mutsuki se han casado, pero tras el matrimonio llegan nuevas exigencias y sentimientos de culpa.
Publicada por primera vez en 1991, hace ya casi 30 años, Luz brillante pone sobre la mesa temas que incluso a día de hoy causan rechazo o son directamente tabú, como la salud mental o el rol de la mujer en la sociedad. Desde que llegó a la edad adulta, a Shoko se le niega poder realizarse como persona, quedando relegada a un papel de esposa que se ve obligada a cumplir por presión familiar, social e incluso médica, puesto que achacan su carácter melancólico a este supuesto desorden. Sin embargo, tras el matrimonio se le sigue reprochando que no sea una esposa ideal ni esté cumpliendo con el papel de madre, cosas que a Mutsuki nadie le recrimina. Por supuesto, el tema del alcoholismo y la depresión deben guardarse en secreto, pues serían un escándalo.
Como escándalo sería también si se descubriese la homosexualidad de Mutsuki. Su familia se avergüenza de ello y lo empujan al matrimonio para mantener las apariencias y el estatus, si bien es posible que incluso su carrera podría verse perjudicada si su secreto saliese a la luz.
Sorprendentemente optimista y tierno, a pesar de que trate temas conflictivos de manera abierta y hasta descarnada, Kaori Ekuni denuncia la hipocresía de la sociedad dando voz a los que deben permanecer invisibles, a la vez que explora distintos tipos de amor y relaciones que no tienen que por qué limitarse a los de pareja. Shoko y Mutsuki no se desean, pero se quieren y procuran cuidarse, junto con Kon, de que no los aplaste el martillazo.
Por cierto, vender a Ekuni como "la Murakami femenina" me parece de un mal gusto terrible, más cuando se la ha dado a conocer en España con esta novela tan reivindicativa, e incluso más aún cuando la literatura de Murakami no es tan valiente.
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