Leyendo cómics: El último vuelo de las mariposas
Kan Takahama
Ponent Mon, editorial especializada en cómics, podría decirse, independientes, nos trajo en 2015 El último vuelvo de las mariposas, de la japonesa Kan Takahama.
En unas páginas sorprendentemente oscuras y grises lo que suele ser habitual en los manga, conocemos la historia de Kicho, una oiran, es decir, una cortesana (no confundir con una geisha, la función de la oiran es puramente sexual, mientras que las geishas son, si se lo pueden permitir, artistas), la más popular de Nagasaki a finales de la era Edo.
La localización no es accidental, ya que Nagasaki fue la única ciudad, donde se permitía la presencia extranjera europea, principalmente holandeses, más concretamente en la isla artificial de Dejima. Con estos extranjeros venía también el comercio exterior y el intercambio cultural y científico, algo sumamente relevante, ya que no tardamos en descubrir que la vida de Kicho está ligada a la de un hombre enfermo.
El estilo de Takahama viene de perlas para la historia que nos narra, ya que se encuentra a caballo entre el manga japonés y el cómic europeo, cosa que salta a la vista nada más echar un ojo a sus trazos y entintados. Sin embargo, el ánimo es intrínsecamente japonés. Ritmo melancólico y pausado donde reverbera el amor y la abnegación de Kicho, que marca el paso de una obra sensible y hermosa sobre el sacrificio y la muerte.
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